Lección 224.
DIOS ES MI PADRE Y ÉL AMA A SU HIJO.
Mi
verdadera Identidad es tan invulnerable, tan sublime e inocente, tan
gloriosa y espléndida y tan absolutamente benéfica y libre de culpa, que
el Cielo la contempla para que ella lo ilumine. Ella ilumina también al
mundo. Mi verdadera Identidad es el regalo que mi Padre me hizo y el
que yo a mi vez le hago al mundo. No hay otro regalo, salvo éste, que se
puede dar o recibir. Mi verdadera identidad y sólo Ella es la realidad.
Es el final de las ilusiones. Es la verdad.
Mi
nombre, ¡Oh Padre!, Todavía Te es conocido. Yo lo he olvidado, y no sé
adónde me dirijo, quién soy, ni qué es lo que debo hacer. Recuérdamelo
ahora, Padre, pues estoy cansado del mundo que veo. Revélame lo que Tú
deseas que vea en su lugar.
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