lunes, 24 de diciembre de 2012

Lección 358 UCDM


Lección 358.

Ninguna invocación a Dios puede dejar de ser oída o no recibir respuesta. Y de esto puedo estar seguro: Su respuesta es la única que realmente deseo.

Tú que recuerdas lo que realmente soy, eres el único que recuerda lo que realmente deseo. Hablas en Nombre de Dios, y, por lo tanto, hablas en mi nombre. Y lo que me concedes procede de Dios Mismo. Tu Voz, entonces, Padre mío, es mía también, y lo único que quiero es lo que Tú me ofreces, en la forma exacta en que Tú eliges que yo lo reciba. Permíteme recordar todo lo que no sé, y deja que mi voz se acalle, mientras lo recuerdo. Y no dejes que me olvide de Tu Amor ni de Tu cuidado, antes bien, ayúdame a mantener siempre presente en mi conciencia la promesa que le hiciste a Tu Hijo. No dejes que olvide que mi ser no es nada, pero que mi Ser lo es todo.

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